martes, 14 de agosto de 2012

INJURIADORES vs GUARDIA IMPERIAL: RELATO DE LA BATALLA

ENVUELTOS EN AGUA Y FUEGO
                “Nada más llegar a la ciudad en ruinas, una ráfaga de fuego láser inmovilizó los rhinos de las escuadras tácticas Reachmann y Parmenio y los cañones de los blindados abatieron a la escuadra de asalto. El Coronel Dulwich lideraba a los guardias de la ciudad mientras que su comisario defendería el templo. El veterano oficial de la 6ª Panzer conocía a los Astartes por lo que, anticipándose a sus movimientos, neutralizó las amenazas inmediatas y llamó a los refuerzos, sabiendo que en breve serían más que necesarios.”
         “Cuando la estela de llamas en el cielo anunció la llegada de la cápsula de desembarco, los guardias imperiales apostados en el templo supieron que iban a morir. Únicamente el temor al Comisario Bowren los hizo permanecer en su posición. Cuando los exterminadores desembarcaron desatando un infierno de llamas, sólo el propio comisario fue capaz de emerger de él con vida. Decidido a no abandonar la posición y morir cumpliendo su deber, alzó su pistola de plasma frente a los gigantescos exterminadores. 

En el momento que apretaba el gatillo, los refuerzos enviados por el Coronel aparecieron cargados de armas de asalto y volatilizaron a los temibles enemigos. Una gran victoria para los veteranos de la 6ª Panzer.”

         “Al ver que los marines de su compañía estaban inmovilizados y que los héroes de la primera eran abatidos, la ira dominó a Fennion Ekhelor. Dio la orden de avance total y mientras los tanques pesados se enzarzaban en un duelo de artillería con el enemigo los marines desembarcaron de los rhinos y avanzaron hacia el enemigo. Las tropas de flanqueo no llegaban, y en su ruta de acceso se veía el  humo de las explosiones. Iniciando el ritual de la puerta al infinito, se preparó para demostrar porque era conocido como “el que conoce los caminos”.
         “Desde su chimera de mando el Coronel Dulwich coordinaba las acciones de todo su ejército, mientras que su oficial de la flota adjunto evitaba que su posición fuera flanqueada. Tras el gigantesco Land Raider surgió la silueta de un dreadnought. El temible bípode avanzaba lanzando rayos hacia sus blindados. Un rugido, mitad humano y mitad mecánico, surgía de los altoparlantes colocados sobre el sarcófago. Una orden directa hizo maniobrar a los tanques y una lluvia de fuego pesado derribó al dreadnought.  Había estado demasiado cerca, si no conseguía que entre ellos y los marines hubiese distancia estarían perdidos.”
         “El comisario Bowren seguía dispuesto a defender la morgue de cuerpos calcinados en que se había convertido el templo. Reagrupó a los veteranos supervivientes de la explosión de la cápsula y los dividió en tres grupos. El grupo 1 liderado por el mismo y unos pocos hombres ocuparía el templo. El grupo 2 a cargo de un teniente (responsable de la destrucción de la cápsula) cubriría el acceso a la pasarela donde minutos antes abatieran a los exterminadores. Por último el grupo 3, bajo el mando de un sargento del grupo de zapadores, se sumergiría en el río para cubrir su flanco. Dulwich sabía que alguno de aquellos hombres se ahogaría, pero era un precio que estaba dispuesto a correr. Con todos sus efectivos desplegados, aguantarían ahí el inminente ataque de los Marines.”
         “Había sido inteligente y práctico. Era un ataque planeado con astucia y llevado a cabo por soldados profesionales y disciplinados. La defensa del templo y de la ciudad era eficiente, pero nada sería suficiente. El flanco derecho ya se libraba en combate cerrado, la escuadra Pármeno y los recién llegados exploradores asaltaban las posiciones artilleras y aquel maldito perro químico blindado. En el flanco izquierdo el Land Raider se preparaba para la toma del templo cuando una mina en el fondo del río detuvo su marcha. La escuadra Sempronias se quedó corta en su carga y parecía que compartiría el destino de los Exterminadores. Dispuesto a evitarlo, Fennion Ekhelor, abrió su mente a la disformidad y envolvió con ella a su escuadra.”
         “Su plan en el templo estaba funcionando, y el Comisario comenzó a recitar la Letanía del Desprecio para arengar a sus hombres. De repente, un remolino iridiscente se formó frente a la pasarela, y en un pestañeo otra escuadra de marines liderada por un guerrero de aspecto salvaje se unió a la carga de sus hermanos de batalla. Algunos cayeron bajo el fuego de los guardias o fueron arrastrados por las turbulentas aguas, pero aquellos que llegaron rociaron a sus hombres con promethium e incluso los que estaban sumergidos encontraron así su muerte. Mientras los aturdidos supervivientes eran masacrados con cuchillos de combate o mediante golpes, el guerrero salvaje volvió hacia el comisario su mirada y con una palabra de poder cubrió de llamas disformes a todos los ocupantes del templo.”
         “El aviso de su comunicador sacó al Coronel del estupor que le causó  ver a los marines tomar el Templo mediante artes arcanas. La llamada de auxilio pidiendo refuerzos por parte de los hombres de la ciudad era apremiante. Los marines lo habían logrado, estaban demasiado cerca. Decidido a no dejar escapar la batalla que tenía ganada, hizo a su chimera avanzar hasta los edificios y desembarcó con su escolta personal para rociar con fuego a los exploradores.
         Uno de los Leman Russ, un antiguo modelo Demolisher, bombardeó el templo abatiendo a varios marines y obligando al resto a resguardarse en sus catacumbas. Con los marines atrapados en el templo y la llegada de una unidad de tropas de asalto, el combate por la ciudad decidiría el resultado de la batalla.”
         “El bibliotecario Ekhelor, refugiado en las catacumbas junto a los supervivientes, ordenó la destrucción de los blindados. Pudo sentir al  espíritu-máquina del Land Raider rugiendo de furia atrapado en el fondo del río. El “Heredero de la Decimonovena”, que había participado en la gran cruzada y había sobrevivido a la herejía de Horus, implementó su sistema de armamento de forma automática y ni siquiera los tecno-marines tripulantes pudieron controlar su ira. Un potente rayo láser atravesó el casco de un Leman russ convirtiéndolo en un montón de metal retorcido. Su gemelo, el antiguo Demolisher, lo siguió abatido por el Vindicator.”
         “Enfrascado en el combate el Coronel apenas pudo oír el sonido de los tripulantes muertos dentro de sus blindados. Las tropas de asalto fueron los primeros en caer, partidos en trozos por las filoarmas de los exploradores. Un gigante con un puño de energía guiaba a los pocos marines que quedaban frente a su guardia personal. Uno a uno los hombres iban cayendo entre espasmos y estertores de muerte: el ordenanza, el oficial de comunicaciones, los exploradores, el médico, el último de los astartes, el maestro artillero…Alzándose sobre la pila de cadáveres, sólo su oficial de la flota y él aún vivían para luchar con el gigante acorazado. Atacaron a la vez y con todas sus fuerzas, pero el metabolismo mejorado genéticamente del astartes soportó todos sus golpes. Alzando su crepitante puño de energía, el rostro salvaje del marine fue lo último que vieron ambos soldados.”
         “Cuando Fennion Ekhelor salió del templo sus blindados recogieron a los supervivientes y recuperaron a los caídos y su semilla genética. El “Heredero” fue rescatado y sirvió de carro funerario a los nobles guerreros que se reunirían con su primarca. El hermano Sargento Pármeno, cubierto de sangre y vísceras, cerró con su puño de combate la rampa de acceso y el convoy de los Injuriadores se puso de nuevo en marcha.
Los supervivientes de la 6ª

         Cinco guardias de la 6ª Panzer, únicos supervivientes de la confrontación, notificaron al Ordo Hereticus desde un chimera aún operativo que la misión había fracasado y solicitaron ser evacuados. El Alto Inquisidor observó el mensaje y tras almacenar en su placa de datos el informe, envío la orden de abrir fuego a la Armada. La ciudad, el templo y los supervivientes fueron borrados de la superficie de Rhanda.”
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